Mes: abril 2016

Se trata de una intervención realizada en una fotografía antigua digitalizada donde se había capturado la escena de un cortejo fúnebre. Este hecho se ha intentado ocultar borrándolo digitalmente, haciéndose evidente dicho borrado.

Por otra parte, se ha ocultado el título de la fotografía tachándolo, que ha quedado substituido por este otro: Aquí no ha pasado nada. Adquiriendo la fotografía este nuevo título.

Se ha realizado un seguimiento de los productos perecederos (Productos que por norma general tienen un consumo o vida útil inferior al año) consumidos a lo largo de una semana manteniendo el orden de consumo o uso. Cada producto se ve representado por su correspondiente código de barras.

Se trata de una tarjeta personal y obra al mismo tiempo. En una de sus caras encontramos los datos personales; en la otra, los datos propios de una cartel·la, que cumple con su función y también la de obra por si misma. Las tarjetas, de edición limitada, son entregadas en mano a un público seleccionado.

Se afirma que existen tantos paisajes sonoros como voluntades de escuchar existen.De esta manera la cartela activa, forzosamente, esa voluntad de prestar atención al entorno. Por lo tanto, se originan infinidad de paisajes sonoros, tantos como voluntades de poner en funcionamiento la obra por parte del espectador i/o poseedores.

Esta obra parte de una reflexión alrededor de la relación entre obra de arte- espectador y artista-institución, la inaccesibilidad que se da en algunos casos en el arte (sobre todo en el arte contemporáneo): no poder llegar a la obra, al contenido, a la institución… Esta inaccesibilidad se puede correlacionar por la indiferencia social, bien por la ignorancia o la pérdida de la llave para entender-la y/o bien por limitaciones impuestas. A raíz de esto, mi propuesta consiste en una instalación minimal (en cuanto a forma) en que el contenido visual que nos llega es visible a simple vista. Una obra que se activa, cobra sentido, según la conducta del espectador. Se le pone a prueba de una forma muy simple.

Se trata de un texto (en una sola línea) en la pared del fondo de la sala y una línea de color, en el suelo, justo a la entrada del espacio transversal, en las paredes laterales.

La línea del suelo, una cinta adhesiva amarilla niega –supuestamente– el acercamiento que por distancia se esperaría que fuese la supuesta obra que se encuentra pegada a la pared: el escrito. Éste, a distancia, parece más una línea que un texto, se confunden. La ilegibilidad puede crear expectativas, curiosidad por saber qué pone y especulación por el hecho de ser custodiado por una línea. Hace la función de llave y dependerá de la conducta del espectador llegar a ella o no respetando las limitaciones impuestas.

El texto es el siguiente: I ÉS QUAN T’APROPES QUE M’ENTENS, EM DEIXES PARLAR I EM VEUS D’UNA ALTRA MANERA [Y es cuando te acercas que me entiendes, me dejas hablar y me ves de otra manera]. 2012. Instalación. Texto sobre vinilo adhesivo y vinilo adhesivo de color. Medidas variables.

Trànsit II se basa en la recolección (grabación) semanal del sonido de la calle de las 07:30 a las 8:30 en un punto fijo para cada lugar. Las cinco calles -carrer de sants (Barcelona, Mandri (Barcelona), Perú (Barcelona), Segre (Barcelona) i Aragó (Palma de Mallorca)-  son distintas en cuanto a quién las transita pero todas tienen las mismas peculiaridades: doble carril y doble sentido de circulación. El sonido semanal es traducido a imagen pero sin dejarlo de lado. De esta forma podemos ver en la proyección siete líneas de distintos colores que corresponden al sonido de cada día y podemos escuchar el sonido acumulado durante toda la semana.

Se repite esa misma mirada por la ventana durante la misma hora, dos días de la semana consecutivos: martes y miércoles. Esta pieza está pensada para ser escuchada con auriculares, ya que utiliza la escucha dicótica: por el auricular izquierdo se escucha el sonido ambiental del martes y por el derecho el sonido ambiental del miércoles.

La obra se basa en la recolección semanal de los sonidos de la calle durante la misma franja horaria de cinco horas. En otras palabras, se basa en la grabación diaria desde un punto fijo a la misma hora de los sonidos producidos por el transitar de los vehículos urbanos, y también de los producidos por los viandantes.